La importancia del reporting financiero

Como director financiero, cada mañana afronto una agenda repleta de reuniones y obligaciones que frecuentemente me hace olvidar cuál es el objetivo de mi función: tomar las mejores decisiones financieras, de forma ordenada e informada con el objetivo de maximizar el valor de todos los stakeholders de la empresa.

Para lograr el objetivo, es necesario contar una visión real, clara y periódica de la situación financiera de la empresa, que permita estructurar un proceso de toma de decisiones equilibrado con los objetivos a corto, medio y largo plazo. La herramienta crucial para conseguirlo es un adecuado sistema de reporting financiero.

El reporting financiero es la herramienta más poderosa a disposición de un directivo para garantizar la correcta adecuación y comprensión del performance financiero de la empresa. El objetivo del reporting es ayudar a tomar las mejores decisiones estratégicas para asegurar el éxito de la empresa.

El sistema de reporting financiero consiste en un conjunto de cuadros de mando precisos y comprensibles que garanticen una visión clara del desempeño financiero de la empresa. La importancia del reporting financiero no reside únicamente en su utilidad interna o influencia en la gestión diaria de la empresa, sino que también es clave para garantizar la confianza de los stakeholders externos: inversores, accionistas, clientes y reguladores.

¿Qué es el reporting financiero y por qué es importante?

El reporte financiero es el conjunto de informes que permite, mediante el análisis de datos, ayudar al director financiero a garantizar la viabilidad de una compañía. Estos informes incluyen una gran variedad de métricas e indicadores claves de rendimiento (KPI – Key Performance Indicator- en inglés) que, definidos previamente por el director financiero, son los útiles en el proceso de toma de decisiones.

La importancia del reporting descansa en cumplir una serie de características básicas:

1. Objetividad: sentimientos y emociones no deben estar presentes en la toma de decisiones. Los cuadros de mando deben brindar al director financiero objetividad sobre la visión real de la situación financiera de la empresa. Cualquier prejuicio o creencia previa debe ser eliminada de la ecuación, el objetivo del reporting es aflorar cualquier problema u oportunidad que se refleja en la situación financiera de la empresa.

2. Comparabilidad: el reporte financiero tiene que asegurar la medición fiable de la rentabilidad financiera de la empresa. Para poder medir y analizar la evolución del rendimiento de una compañía es necesario asegurar una estructura de indicadores robusta y permanente en el tiempo, que facilite la comparación de resultados respecto al obtenido en ejercicios anteriores. Este pilar es fundamental para lograr la correcta evaluación de cada estrategia financiera.

3. Flexibilidad: el reporting financiero no es una necesidad coyuntural sino qué es un requerimiento estructural. Debe adaptarse a las necesidades de la empresa en cada instante y acompañarla en su desarrollo organizativo y cultural. Esta es la razón por la que un adecuado reporte financiero debe adaptarse a los cambios de necesidades que tiene el director financiero en relación a la información necesaria para la toma de decisiones.

4. Transparencia: el reporte financiero tiene que contribuir a crear un sentimiento interno de responsabilidad dentro y fuera de la organización. El objetivo del reporting tiene que ser proporcionar una visión transparente y trazable de la estructura financiera de la empresa y proporcionar los inputs necesarios para medir su rentabilidad.

5. Eficiencia: en el corazón de la función financiera de la empresa está la eficiencia. Un buen reporting financiero debe además de ser eficaz, debe ser eficiente. Ser eficiente significa no sólo conseguir ahorro en costes. Además, y suele ser más relevante, los cuadros de mando deben reducir los tiempos en la toma de decisiones y contribuir a la construcción y el diseño de una cultura organizativa ágil. Todos los recursos son limitados en el ámbito corporativo, pero el tiempo es el más escaso de todos los recursos disponibles.

6. Capacitación técnica: el equipo que define los KPIs necesarios y los cuadros de mando que conforman el reporting financiero deben ser profesionales de alta capacitación financiera y técnica. Un director financiero debe contar con un equipo solvente para poder desarrollar de forma eficiente su función. El reporte financiero debe cumplir los más altos estándares técnicas, financieros, regulatorios y contables para ser útil y facilitar la toma de decisiones correctas.

7. Asegurar el cumplimiento normativo: la responsabilidad fiduciaria de un director financiero le hace responsable en la empresa del correcto y adecuado reporte de métricas financieras. El sistema de reporte financiero es el medio óptimo para hacerlo. Por tanto, el objetivo del reporting financiero consiste en cumplir con los requerimientos regulatorios, legales y fiscales específicos de cada jurisdicción donde la empresa desarrolla su negocio, a la vez que es útil. La importancia del reporting financiero es evidente a la hora de eliminar posibles quebraderos legales al director financiero.

8. Facilitar un circuito de toma de decisiones: un director financiero se apoya en el reporte financiero para tomar decisiones estratégicas informadas. Disponer de una foto actual del desempeño financiero de la empresa, junto a un detallado análisis del performance pasado, son los mejores ingredientes para cualquier ejercicio prospectivo de la rentabilidad futura de la empresa.

9. Facilitar el acceso a los mercados de capitales: los stakeholders financieros de una empresa: accionistas, inversores y prestamistas, necesitan información financiera confiable y periódica para tomar decisiones. Estas decisiones son básicas en la conformación de la estructura financiera de la empresa. Conseguir la confianza de los anteriores en el desempeño financiero y en la figura del director financiero es crucial. La importancia del reporting financiero es vital a la hora de asegurarnos la confianza de los inversores en la empresa.

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Educación financiera para negocios

Tener contactos y tener ideas no bastan para montar un negocio. Es más. Tener buenas ideas y buenos contactos no garantizan el éxito de ningún negocio. No es suficiente tampoco tener muchos recursos.

La historia del emprendimiento está llena de grandes ideas que resultaron ser grandes desastres a pesar de todos los volúmenes de dinero invertido. Porque, en definitiva, detrás de cualquier negocio sostenible en el tiempo efectivamente hay una idea que razonablemente encaja con necesidades concretas del mercado, y efectivamente hay una red de relaciones que razonablemente da credibilidad al negocio (socios, clientes, proveedores, empleados), pero, sobre todo, hay una gestión razonablemente buena de los recursos y en especial de las finanzas y de la caja.

El punto óptimo de la viabilidad del negocio está, claramente en la intersección de esos tres ejes, pero me centraré ahora en el eje de la gestión razonable de los recursos y en particular de las finanzas, que es la palanca que desde Bespoke creemos que se debe potenciar porque es la gran ausente en la cultura general del emprendimiento.

La principal tesis es la siguiente: montar un negocio es un deporte de alto riesgo si no se cuenta con una educación financiera adecuada. Ideal tener conocimientos técnicos de finanzas, pero aquí me refiero a un aspecto más profundo.

No es lo mismo saber de finanzas a que tus hábitos, tus comportamientos, tus decisiones estén alineadas en la dirección de una gestión financiera adecuada. ¿Cuántos expertos financieros no han terminado en bancarrota o en la cárcel a pesar de sus conocimientos técnicos? ¿Cuántos pequeños negocios de familia siguen estando en pie atendidos por la tercera o cuarta generación de una misma familia? Y es que entendemos por adecuado lo que permita tres claves que en la biología se entienden muy bien al hablar de una adaptación exitosa: Pervivir, Permanecer y Prosperar.

En otras palabras: mantenerte con vida, transmitir tus genes a la siguiente generación y que te desarrolles plenamente.

¿Cómo influye la educación financiera en nuestra planificación diaria?

Eso que llamamos la educación (el acervo de conocimientos, habilidades y experiencias activados en cada individuo cuando toma cada una de sus decisiones) primero debe permitir que el individuo y su negocio puedan sobrevivir, es decir, satisfacer sus necesidades y cumplir con sus obligaciones de manera constante.

En segundo lugar, que puedan mantenerse operativos en el tiempo y más allá de sí mismos, (recordemos que, según CEPYME, la esperanza de vida de las empresas suele estar en Europa de media en los 19 años y un 65% de las empresas que se crean al año no logran superar los 5 años y sólo el 10% llega a los 10 años). En tercer lugar, que puedan crecer y generar riqueza.

Y es que la forma en la cual tomamos nuestras decisiones en la gestión de los recursos financieros debe educarse. Que cada emprendedor no sólo cuente con los conceptos básicos de ingreso, gasto, inversión o financiación, sino que sea capaz de tener una planificación financiera que pivote sobre el flujo de caja y le permita anticipar riesgos o detectar oportunidades.

Los emprendedores suelen dedicar muchos esfuerzos a su plan de negocio, que es una herramienta muy potente para plasmar esas ideas y cómo desplegarlas, pero si no dedica mucho más tiempo a la planificación financiera, y a hacer seguimiento de cómo fluyen los recursos y qué impacto pueden tener en la viabilidad futura, por ejemplo en una relación tan básica como las fechas en las cuales se cobra y las fechas en las cuales se paga, o el margen necesario para que no haya un problema de liquidez que pare el negocio o que le impida cumplir con las obligaciones a terceros, el emprendedor se verá de golpe frente a la necesidad de refinanciar su empresa, de buscar nuevos inversores o de empezar a posponer el cumplimiento de sus obligaciones y por lo tanto perjudicar a terceros que no sólo son la Agencia Tributaria o a la Seguridad Social.

A todas las partes interesadas en que el negocio prospere y se mantenga en el tiempo: empleados, proveedores y socios. Si el emprendedor no dedica tiempo diario a comprender la dinámica de su caja, se perderá de la información que es más real de todas. Dejará de ver la realidad por perseguir un sueño y el despertar de ese sueño puede ser amargo.

No debe extrañarnos que las Naciones Unidas y en nuestro caso la Unión Europea o la banca multilateral, o los bancos Centrales como el Banco de España, inviertan tantos recursos en programas de educación financiera y emprendimiento.

La educación financiera es una imperiosa necesidad para nuestro sistema productivo, porque a todos los miembros de sociedad, no sólo al empresario o al Estado, les interesa que las empresas sobrevivan, permanezcan en el tiempo y prosperen, sólo así, y lo ha demostrado sistemáticamente la historia, sólo así, reitero, se genera bienestar para muchos. Es en ese aspecto en el que Bespoke ha hecho su apuesta existencial, donde queremos pervivir, permanecer y prosperar.

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