La importancia de la formación financiera personalizada para profesionales
Cuando escucho a mi hijo adolescente hablar con sus amigos sobre algún talento del skate o de la música o de cualquiera de sus actividades de interés, la palabra Pro se repite casi con un halo de respeto, con tal admiración, que el sentimiento expresa bien lo que un Profesional debe transmitir en todo lo que hace, en lo que dice, en las decisiones que toma, en la forma en la cual afronta los problemas de su oficio y el logro de sus objetivos. Pero después de casi ya 25 años de trabajo en la formación corporativa, uno de los aspectos que más me ha sorprendido es la debilidad de las competencias financieras de grandes profesionales cuando no se dedican a las finanzas, e incluso cierto nivel de confusión en conceptos básicos en algunos de los profesionales que sí se dedican a ello, bien en el asesoramiento financiero, en la gestión de riesgos o en la inversión por mencionar algunas actividades.Conocimientos adquiridos con la formación financiera
Y es que los conocimientos que da la formación financiera han sido siempre vistos como una prioridad para unos pocos, dominio de expertos que están casi fuera de la realidad y de la vida del común de los mortales, por no decir a espaldas de ellos y algunos incluso dirían, en contra. Pero nada más equivocado. Las finanzas permean nuestro día a día y configuran nuestros pasos en cada momento. No hay una decisión de la vida personal o profesional en la que las finanzas no juegue algún papel. ¿Estudio? ¿nos casamos? ¿tenemos un hijo? ¿hacemos un viaje? ¿compramos una casa, un coche, una máquina, un negocio, una empresa? ¿puedo hacerlo yo, necesito que alguien me preste dinero? ¿podré pagarlo? ¿cómo podré jubilarme? Las finanzas están tan presentes que, como el aire, no las vemos y, por lo tanto, no nos las tomamos tan en serio. Nadie negará que la dimensión financiera es una de las piezas claves de nuestro bienestar. Y si pensamos en el bienestar de nuestra sociedad, para poner un ejemplo, uno de los graves problemas en la lucha contra el cambio climático es precisamente garantizar que podremos financiar la transformación que implica un modelo sostenible y neutro con el planeta. En una conversación con uno de los directores de formación de una de las grandes empresas españolas, le preguntaba por la formación financiera personalizada, es decir, a medida de la necesidad de la empresa, y me confirmaba que el presupuesto de formación de las corporaciones sólo dedica como máximo un 10% del total de la inversión en desarrollar competencias financieras en sus equipos, y si eso pasa en las grandes empresas, cuando bajamos a las pequeñas y medianas, el panorama es desolador. Lo cual confirma el peso que tiene el tema en las prioridades de las organizaciones, aunque sea la dimensión más relevante a la hora de garantizar el modelo de negocio y su sostenibilidad.
Formaciones financieras hoy en día
Para cambiar esa tendencia global, muchos organismos multilaterales, empezando por las Naciones Unidas, han venido reforzando los programas de educación financiera desde la niñez, y son muy bien reconocidas las campañas de salud financiera que lideran algunas entidades entre sus empleados o en las comunidades en las cuales tienen impacto. Pero el reto sigue estando en que los profesionales tomemos consciencia de la relevancia del tema y en esto, el aprendizaje personalizado, diseñado y pensado para la necesidad concreta, aplicado a la realidad de negocio y con el objetivo de resolver problemas de negocio, es la clave para alcanzarlo.
En la medida en que las empresas inviertan en programas de formación financiera personalizada para sus profesionales, directivos o consejeros, verán que esas acciones formativas se convierten en palancas de apoyo para mejorar las capacidades analíticas, la toma de decisiones, la visión del impacto que tiene el empleado en el ecosistema de su trabajo, en definitiva, la comprensión del negocio y del valor, literal, que cada uno aporta. Fortalecer ese conocimiento hará que el uso de los recursos se haga de tal manera que se maximicen sus posibilidades de generar riqueza para todos, desarrollo para todos y, en resumen, bienestar para todos. Con estas cosas soñamos en Bespoke.
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