Basilea IV, ¿cuál es el posicionamiento y el impacto en el sector bancario?
Basilea IV es el nombre informal que recibe el conjunto de cambios normativos en el marco regulatorio bancario internacional conocido como Acuerdo de Basilea. El nombre de Acuerdo de Basilea es debido que el promotor del acuerdo es el Banco Internacional de Pagos, BIS según sus siglas en inglés, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea.
El Acuerdo de Basilea IV entrará en vigor el 1 de enero de 2024, pero las negociaciones para el mismo concluyeron en diciembre de 2017. El marco regulatorio propuesto en Basilea IV tiene impactos significativos en la medición y la gestión del riesgo de crédito, de mercado, operacional y de liquidez.
Los principales cambios propuestos son:
• La revisión del modelo estándar para la cuantificación del riesgo de crédito. La revisión del modelo estándar se basa en la aplicación de ponderadores de riesgo para el cálculo de los requerimientos mínimos de capital más granulares y sensibles al riesgo. Además incorpora la aplicación de calificaciones externas de crédito y técnicas de aplicación de garantías a las operaciones para la mitigación del riesgo de crédito.
El resultado esperado es un aumento de los requerimientos mínimos de capital por riesgo de crédito para los bancos bajo modelo estándar, fundamentalmente en aquellas operaciones con contrapartidas de bajo riesgo que en el modelo actual tenían bajos cargos de activos ponderados por riesgo, e incluso en algunos casos consumo de capital nulo.
• La revisión del modelo interno para la cuantificación del riesgo de crédito. El modelo avanzado basa su aplicación para la cuantificación del riesgo de crédito en las estimaciones internas de cada entidad financiera para la probabilidad de impago (PD, probability of default en inglés), para la pérdida dado el impago (LGD, loss given default en inglés) y exposición en caso de incumplimiento (EAD, exposure at default en inglés).
El objetivo de la revisión es reducir la complejidad de los modelos internos y la variabilidad de metodologías empleadas en el sistema bancario, mejorando la comparabilidad entre entidades y la transparencia en el cálculo de los activos ponderados por riesgo.
• La introducción de un “suelo” al ahorro de activos ponderados por riesgo por el uso del modelo avanzado comparado con el requerimiento mínimo del modelo estándar. El objetivo es desincentivar el uso de los modelos internos para “ahorrar” activos ponderados por riesgo y mejorar la capitalización del sistema bancario.
• La revisión del modelo estándar para la cuantificación del riesgo operacional. El capital dotado por riesgo operacional es dotado para absorber pérdidas financieras derivadas de incidencias operativas. El modelo propuesto sustituye las tres opciones vigentes hasta Basilea IV: método del indicador básico, método estándar actual y método avanzado.
El objetivo de la propuesta es simplificar el cálculo de los requerimientos mínimos de capital y aumentar el consumo de activos ponderados por riesgo operacional que ha sido tradicionalmente bajo y se ha manifestado insuficiente. Los inputs del nuevo modelo son los ingresos por línea de negocio, el tamaño de la entidad bancaria y las perdidas históricas por riesgo operacional que haya registrado cada entidad financiera, con el fin de sensibilizar al riesgo el modelo de cálculo de capital por riesgo operacional.
• La revisión del modelo estándar para la cuantificación del riesgo de mercado. La revisión del modelo estándar para la cuantificación de los requerimientos mínimos de capital por riesgo de mercado pretende aumentar la sensibilidad del cálculo al riesgo del modelo e introducir ponderaciones de riesgos más granulares. La revisión pone foco en la cuantificación del riesgo de tipos de interés, el riesgo de tipo de cambio y el riesgo de materias primas. El impacto esperado es un aumento de los consumos de activos ponderados por riesgo, sobre todo en aquellas posiciones complejas e ilíquidas que ahora mismo tienen consumos relativamente bajos.
• La revisión del modelo avanzado para la cuantificación del riesgo de mercado. La revisión propone nuevos criterios para el cálculo del Valor en Riesgo, (VaR, Value at Risk en inglés) y Pérdida Esperada por encima del VaR (ES, Expected Shortfall en inglés) que son las métricas que permiten cuantificar el requerimiento mínimo de capital por riesgo de mercado bajo modelo avanzado. El objetivo de unas directrices más estrictas es reducir la variabilidad metodológica y mejorar la comparabilidad de los requerimientos mínimos entre las diferentes entidades financieras.
• La revisión del ratio de apalancamiento. El ratio de apalancamiento no es una métrica de gestión de riesgos sino que complementa el cálculo de los requerimientos mínimos de capital, con el objetivo de macroprudencial de evitar una crisis de solvencia por un exceso de apalancamiento en vez de por un deterioro de la calidad crediticia de las carteras.
El objetivo es aumentar el requerimiento mínimo de capital para las entidades bancarias que basan su negocio en un elevado nivel de apalancamiento, con el fin de desincentivar estos modelos y proteger la solvencia global del sistema financiero.
El ámbito de aplicación de Basilea IV es global, debido que los estándares emitidos por el Banco de Pagos Internacionales son asumidos por los reguladores de todas las jurisdicciones. Por tanto, el posicionamiento de las entidades bancarias es neutral y la aplicación del nuevo marco regulatorio de obligado cumplimiento.
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