Capital allocation de cara a 2025, ¿qué sectores presentan mejores perspectivas para 2025?
Los mercados financieros encaran el cierre de 2024 y el comienzo del año 2025 bajo la tutela de dos elementos decisivos:
• La victoria del presidente Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el pasado mes de noviembre.
• La tendencia de recorte en los tipos de interés por parte de los bancos centrales a nivel global.
Todos los ejercicios de proyección sobre el desempeño de los mercados financieros en los próximos 12 meses están siendo matizados por ambos elementos. La tónica general entre los analistas muestra optimismo de cara al año 2025, fundamentado en el tono positivo que las predicciones macroeconómicas exhiben para el año próximo. Las perspectivas macroeconómicas de 2025 se sustentan en:
• La moderación de la inflación a nivel global, que facilita la ejecución del ciclo de recorte de tipos de interés. El recorte de tipos será una tónica global pero lo hará a distintas velocidades, sobre todo comparando el ciclo en Europa y Estados Unidos.
• La recuperación económica de China gracias al paquete de medidas de estímulo monetario y fiscal que buscan la superación final de los efectos económicos de la pandemia.
Sin embargo el escenario financiero de cara al próximo año 2025 no se presenta exento de amenazas. Las amenazas proceden de dos frentes diferenciados, por un lado la posible guerra comercial consecuencia de la política arancelaria que impulse la administración Trump en Estados Unidos y por otro lado del punto de partida actual de los mercados financieros que refleja elevadas valoraciones en la renta variable. Además la nueva política comercial estadounidense puede derivar en un nuevo aumento de la presión inflacionista con carácter global; lo cual reduciría el potencial ciclo de recorte de los tipos de interés, sobre todo en Estados Unidos.
Los dos activos por excelencia en las carteras de inversión son los bonos y las acciones. El ciclo de recorte de tipos de interés a nivel global es un elemento positivo para la valoración de ambos tipos de instrumentos.
En el mercado de bonos, a pesar de la incertidumbre mundial y de los problemas específicos de algunos países, las perspectivas indican que la tendencia de estrechamiento de los spreads de los instrumentos soberanos y corporativos en los mercados emergentes comparados con los de los mercados desarrollados va a continuar, contribuyendo ello a mejorar el sentimiento inversor respecto a dichos mercados. El optimismo reside en los signos positivos que exhibe la macroeconomía de estos países y sus buenas condiciones financieras.
Como ya hemos comentado el sentimiento inversor indica mejores perspectivas para la renta fija en los mercados emergentes que en los desarrollados. Países con elevado riesgo como: Argentina, Egipto, Nigeria, Sri Lanka o Casta de Marfil se encuentran en los top picks de renta fija para gestoras de fondos y bancos de inversión de cara a 2025. Sin embargo el entorno no se presenta carente de riesgos. Dos son los fundamentales en el momento actual:
• En primer lugar la política comercial de la nueva administración estadounidense liderada por el presidente Donald Trump traerá consigo un entorno incierto para la inversión en los países emergentes, generando un entorno asimétrico en el que la selección sectorial será fundamental.
• Por otro lado el efecto cambiario de las divisas emergentes también será un elemento central para la valoración de los bonos. El rigor fiscal y monetario será crucial para frenar el entorno deflacionario que espera el mercado en 2025 para las divisas emergentes.
¿Qué sectores tienen mejores perspectivas?
Moviendo el foco hacia los activos de renta variable, el consenso de mercado espera rentabilidades positivas para la renta variable a nivel global. Las rentabilidades que los analistas esperan para la renta variable son superiores a las esperadas para la renta fija, por tanto el consenso de mercado muestra preferencia por el posicionamiento en renta variable. El mercado con mejores perspectivas para 2025, a juicio del consenso de analistas, es Estados Unidos.
Aunque la misión del análisis financiero no es adivinar el futuro y el año 2025 puede traer consigo elevada incertidumbre en el terreno económico o geopolítico, los sectores de inversión que muestran unas mejores perspectivas son:
• El sector bancario, que como sector cíclico, espera un año 2025 muy positivo en el caso de que se cumplan las perspectivas de crecimiento económico. La conjunción de crecimiento económico y recorte de tipos de interés pueden desatar un crecimiento rápido de la demanda de crédito, mejorando el negocio de las entidades bancarias en un entorno con la morosidad y la presión regulatoria controlada.
• El sector de utilities, que debido a su elevado grado de endeudamiento, es muy dependiente del ciclo de tipos de interés. Para este sector calificado como defensivo por el mercado, dada la baja volatilidad de su cuenta de resultados, la bajada de los tipos de interés es un claro catalizador de su valoración.
• El sector tecnológico, con gran foco en la inteligencia artificial, sigue siendo una megatendencia inversora y por tanto mantiene intactas sus perspectivas de crecimiento para el año 2025. Es el sector más disruptivo en el panorama económico actual y debe ser un elemento insustituible en las carteras de inversión.
• El sector energético está presente en el consenso de analistas para el año 2025 dado su carácter protector frente a la inflación, un elemento que podría desatarse en los próximos 12 meses como consecuencia de las políticas comerciales.
Además de los 4 sectores de inversión anteriores, el mercado también reconoce valor en el mercado de empresas cotizadas pequeñas o small caps, sobre todo en Estados Unidos. Dicha apuesta se fundamenta en las políticas económicas proteccionistas que se espera que abandere la nueva presidencia de Donald Trump.
En resumen, un análisis centrado en la asignación de capital o capital allocation para el año 2025 nos indica que el mercado espera mejores perspectivas en renta variable que en renta fija y que dicho posicionamiento debe centrarse en el sector financiero, las compañías del sector utilities, la tecnología y el sector energético.