La economía española, desde la crisis financiera de 2007-08 ha sufrido más volatilidad económica que la mayoría de los países de la OCDE. Tras un periodo muy desfavorable de la economía española que abarca desde 2009 a 2014, vino una recuperación económica, que se truncó con el Covid, donde España fue duramente golpeada (el PIB español en 2020 cayó un -11,2% versus un -6,0% de la eurozona)
La crisis financiera de 2007-08 llevó a cambios profundos en el país, entre los que podemos citar la reestructuración bancaria y su concentración, donde míticas entidades (y en algún caso centenarias) ya no existen. También hubo una crisis inmobiliaria grave y muchas empresas españolas, ante la caída de la demanda nacional, se vieron obligadas a exportar, por cierto, corrigiendo el histórico déficit del sector exterior. El nivel de PIB de 2008 no se recupera hasta 2016. En el periodo 2008-2014 los salarios reales cayeron en torno al 7%.
La recuperación de 2015-2020 fue truncada por el Covid, que como se ha comentado, afectó a España gravemente. El país, centrado en servicios, y con un alto peso en el sector turístico, tuvo un comportamiento económico muy negativo en 2020. Adicionalmente España es un país con un alto peso en PYMES, que en líneas generales tuvieron peores comportamientos que las grandes empresas. Por último, las ayudas e impulso fiscal de España fue menor que el de otros países como Francia y Alemania. El país partía con una deuda sobre PIB de aproximadamente el 95% y, por tanto, no pudo hacer tanto esfuerzo fiscal.

A partir de 2021 la economía española comienza un periodo de recuperación y crecimiento económico muy intenso, con sus luces y sombras, pero que ha llevado a la economía española a tener aumentos de PIB muy por encima de la media de la eurozona.
Las razones del citado crecimiento son varias. En primer lugar, la economía española cayó más que los países de su entorno en 2020, por tanto, el crecimiento elevado de 2021 y parte de 2022 se debe a un “efecto base” es decir, comparativa con niveles bajos.
En segundo lugar, los servicios, y en especial el turismo se han recuperado con gran dinamismo. En 2019, antes del Covid, España recibía 83,7 millones de turistas, y en 2024 fueron 93,8 millones, la cifra más alta jamás alcanzada. Con alta probabilidad 2025 superará a 2024.
En tercer lugar, España en los últimos años ha recibido un importante saldo neto migratorio (han venido muchos más inmigrantes que personas han abandonado el país). En 2023 y 2024 el saldo migratorio neto se ha situado entre 600.000 y 700.000 personas. España ha pasado de 46,9 millones de habitantes en 2019 a 48,6 en 2024. El mayor número de personas (y trabajadores) ha incrementado el PIB.
En cuarto lugar, el consumo privado ha sido positivo para la economía española. El incremento de salarios mínimos junto con un mayor número de empleados ha provocado un incremento de la demanda interna.
En quinto lugar, las exportaciones españolas se han comportado bien, y no sólo el turismo ha sido clave en el éxito español.
En sexto y último lugar, los fondos europeos Next Generation han generado dinamismo. Entre subvenciones y préstamos, España tiene asignados más de 160.000 millones de euros hasta 2026.

A pesar del alto crecimiento desde 2020, España se enfrenta a retos, algunos importantes. En primer lugar, España es un país, que, a pesar de la inmigración, presenta una demografía compleja, con bajas tasas de natalidad y un envejecimiento creciente. El baby boom (nacidos entre 1958 y 1980) comienza a jubilarse, lo que hará más compleja la sostenibilidad del sistema de pensiones.
En segundo lugar, el mercado laboral presenta altas tasas de paro (el doble que la UE) con un elevado paro juvenil.
En tercer lugar, el modelo productivo del país depende mucho de sectores de bajo valor añadido, y que consecuentemente tienden a pagar menores remuneraciones. De hecho, el salario medio en términos reales está prácticamente estancado desde mediados de los noventa, al igual que la convergencia económica hacia países como Francia o Alemania.
En cuarto lugar, la deuda pública española, aunque manejable actualmente es elevada (en torno al 107% del PIB). España mantiene un déficit estructural elevado.
En quinto y último lugar, el incremento del precio de la vivienda en muchos lugares de España, no sólo está ayudando a aumentar la desigualdad entre individuos y abriendo una brecha generacional, sino que más allá del problema social, puede tener consecuencias importantes incluso en asuntos como la natalidad.
En conclusión, podemos decir que España ha tenido un intenso crecimiento desde 2021, pero no exento de retos. En 2026 y 2027 España seguramente crecerá por encima de la eurozona, o al menos así lo estiman organismos como el FMI. Entre otras razones, España es uno de los países menos afectados por el incremento de aranceles por parte de Estados Unidos, ya que exporta relativamente poco a este país.
Muchos de los retos del país, como la natalidad o el incremento del precio de la vivienda requieren medidas que implican no sólo al gobierno central, sino a otras entidades como las Comunidades Autónomas e incluso ayuntamientos, sin duda, lo que supone un reto añadido al desafío original.
Profesor: Rafael Hurtado Coll


